Japón día 11: un examen en Chiba

Castillo de Inohana y escultura ecuestre de Chiba Tsunetane en Chiba

No todo iban a ser viajes por placer. Hubo una vez que tuve que viajar para realizar un examen, pero cuando terminó, aproveché para descubrir la ciudad. Os presento mi viaje a Chiba, una ciudad bastante desconocida de Japón.

Examen de kanji

20 de octubre de 2019

A mí siempre me ha gustado la forma de escritura japonesa, especialmente los caracteres (cosa por la que también estudié chino). Cuando supe sobre el examen de kanjis (漢検), decidí que tenía que presentarme. El examen se celebró un domingo en la ciudad de Chiba.

Llegué temprano a la estación principal de Chiba y cogí su monorraíl, que resulta ser el más largo del mundo. Fue mi primera vez y debo reconocer que es curioso pasar por encima de los edificios a tanta altura. Eso sí, caro.

Monorraíl de Chiba
Monorraíl de Chiba

Llegué al lugar del examen y me metieron en una clase llena de niños, al fin y al cabo, me presentaba a un nivel bajo. Salí del examen sabiendo que había aprobado de sobra.

Turismo por Chiba

El examen no duró ni una hora, por lo que ahora tenía todo el día para conocer la ciudad de Chiba. Volví a coger el monorraíl bajándome en la estación principal. De ahí caminé por la calle comercial más importante hasta llegar a su castillo.

Castillo de Inohana y escultura ecuestre de Chiba Tsunetane en Chiba
Castillo de Inohana y escultura ecuestre de Chiba Tsunetane en Chiba

El castillo es una reconstrucción del original y actualmente es el Museo folclórico de la ciudad. Era muy pequeño en comparación a otros en los que había estado, pero la entrada es gratuita. En su interior encontramos información sobre la historia de la ciudad y exposiciones de armas y armaduras samuráis. Fue un poco decepcionante, pero no podía quejarme ya que era gratis.

Lo mejor fueron las vistas desde la planta de arriba desde donde se apreciaba toda la ciudad.

Festival en la calle

Como no tenía mucho más apuntado, decidí regresar a casa, al fin y al cabo estaba cansada del madrugón. Cuando volví a pasar por la calle comercial descubrí que se estaba llevando a cabo un festival en mitad. Había un espectáculo de tambores (donde tocaban hasta niños) y puestos de comida. Me quedé un poco más para disfrutar del ambiente antes de volver a casa.

Hasta aquí mi viaje a Chiba, una excursión corta y tranquila, al contrario de la siguiente:
Japón día 12: escapada a Kamakura y Enoshima

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