En nuestro tercer día por Irlanda iba siendo hora de conocer su capital. Sería un día tranquilo en el que nos hincharíamos a ver iglesias y catedrales. Aquí te cuento mi viaje Dublín.
Descubriendo la ciudad
16 de abril de 2018
Como estábamos cansados del día anterior, decidimos tomarnos este día con calma, por lo que no empezamos a explorar hasta pasadas las 11. Nuestra primera parada fue Garden of Remembrance, un jardín que destacan por su preciosa (y triste) estatua dedicada a los hijos de Lir (si quieres leer sobre esta leyenda pincha aquí). Este jardín me encantó por su diseño, con un estanque en forma de cruz que conduce a la estatua.
Después de eso fuimos paseando hasta llegar a la Iglesia de St. Michan. Accedimos a las criptas con un guía que nos fue explicando las apasionantes historias de las momias que hay en su interior (desafortunadamente todas ellas han sido destruidas por un incendio intencionado en 2024). Nunca antes había visto una momia y no esperaba verla tan de cerca.
Después de eso, ya en pleno centro de la ciudad, fuimos a comer un restaurante de fideos (lo siento, no recuerdo el nombre) en el que servían diferentes fideos asiáticos a tan solo 6€.
Conociendo sus catedrales
Una de las cosas que más me habían llamado la atención era la cantidad de bicicletas que había por la calle. A veces te encontrabas con hileras de bicis de alquiler. Y aunque en Sevilla tenemos algo parecido, aquí era como dos o tres veces más.
Lo siguiente que vimos fue el Castillo de Dublín. Yo, como posiblemente otras personas, fui engañada por el nombre y esperaba encontrarme alguna fortificación medieval increíble, pero no fue así. La arquitectura del castillo de Dublín es muy simple ya que apenas se conserva la estructura original.
No muy lejos se encontraba la Catedral de la Santísima Trinidad que me pareció bastante bonita por fuera. Esto se parecía más a la imagen de catedrales irlandesas que tenía en la cabeza. Recuerdo que había mucha gente alrededor, tal vez se estuviera llevando a cabo algún evento o algo.
Después llegamos a la que fue mi catedral favorita de Dublín (porque sí, tiene dos): Catedral de San Patricio. La razón por la que me gustó fue porque había un parque cerca donde nos detuvimos a contemplarla con tranquilidad. Además, había muchísimas flores alrededor, lo que embellecía la imagen.
Trinity College
Sobre las 17:00 recuerdo que estuvimos mirando una tienda Disney. Era una tienda grande de varias plantas por lo que echamos aquí bastante tiempo. Al salir pusimos rumbo al Trinity College, del que tantas veces había escuchado hablar. Paseamos por su campus sin entrar a su biblioteca, algo de lo que al día de hoy me arrepiento bastante (era estudiante con poco dinero no me juzguéis).
Si alguna vez vuelvo a Dublín, estoy segura de que esta será una de las paradas obligatorias que añadiré a mi ruta.
Como para este punto ya habíamos visto casi todo lo que me interesaba, decidimos echar el resto del día de compras, por lo que fuimos a varias tiendas de recuerdos. De camino, pasamos por el famoso Temple Bar que yo creía que era un bar que se había vuelto una estampa típica de Dublín, pero en realidad era toda una calle. El ambiente que se respira por allí me hizo sentirme arropada por su cultura.
Después de eso no recuerdo muy más, posiblemente volviéramos a casa comprando la comida en un super. Así terminaría mi viaje a Dublín (al menos este día).
Al día siguiente realizaríamos una escapada a un pueblo precioso:
Irlanda día 4: el castillo de Kilkenny