Este día empezó con mal pie porque, debido a la hora de cese de los autobuses, me quedé sin ver un sitio al que le tenía ganas. Sin embargo, acabé ese día en un lugar mágico. Os presento mi viaje a Lukang.
Y nos fuimos a Taichung
19 de marzo de 2023
Por la mañana, nos dirigimos a la siguiente ciudad que sería nuestra base durante las próximas dos noches: Taichung. Optamos por tomar un tren con la opción más económica, ya que viajábamos con un presupuesto ajustado, aunque más lenta. El costo del billete fue de 241 TWD.
Alrededor del mediodía llegamos a Taichung. No sabemos qué evento se celebraba ese día, pero había muchísima gente y extranjeros en torno a la estación principal. Dejamos nuestras pertenencias en el hotel y pusimos rumbo a un pueblo cercano: Lukang, haciendo una parada en un 7-Eleven para comer. Para llegar a Lukang cogimos primero un tren hasta Changhua y luego un autobús.
El festival de Lukang
Llegamos bastante tarde a este lugar. En un principio tenía la intención de visitar el templo de conchas Sanqing Sanyuan, que fue construido durante 20 años por un solo hombre utilizando conchas marinas. Sin embargo, este sitio se encontraba bastante lejos del centro y el único medio de transporte disponible era el autobús, pero el servicio ya había terminado para ese momento. Así que, lamentablemente, no pude visitarlo.
En lugar de eso, decidimos explorar otros puntos de la ciudad, y para nuestra sorpresa, descubrimos que estaban celebrando un festival. El templo de Mazu estaba abarrotado de gente disfrutando de diversas actuaciones de baile y otros desfiles. Fue una grata sorpresa poder experimentar las costumbres locales, aprovechando además que las calles estaban llenas de puestos de comida.
Después del espectáculo pasamos por el templo Xinzu y por las calles viejas de la ciudad hasta el templo Longshan, uno de los más antiguos del país. En contraste con el primer templo que vimos, este estaba completamente vacío. Nos sentamos tranquilamente a conversar y a hacer tiempo para el evento principal de la ciudad.
El templo de cristal
Volvimos a coger un autobús para visitar el templo de cristal. Antes de ello, pasamos por el santuario Wenchang y templo de artes marciales quedándonos con las ganas de entrar a mirar.
La llegada del autobús nos causó un pequeño susto ya que tenía un retraso de 15 minutos. El conductor nos advirtió sobre la importancia de tener cuidado a la vuelta, ya que solo habría un autobús para regresar y la zona estaba bastante apartada de la ciudad.
Llegamos al templo alrededor de las 18:00, justo antes de que oscureciera por completo. Habíamos planeado nuestra ruta por Taiwán de manera que pudiéramos visitar esta ciudad en fin de semana, ya que el templo solo abre por la noche en esos días. A la luz del día, el templo parecía bastante curioso, construido con cristal y luces, con una especie de estanque en el centro. Reconozco que todo parecía muy artificial. Sin embargo, a medida que caía la noche, comenzó a transformarse. El templo se iluminó con luces que cambiaban de color, y la atmósfera cambió por completo. Definitivamente, valió la pena el viaje hasta este lugar tan apartado.
Frente al templo había piedras decorativas que se utilizan para reflejar la luz del templo en el suelo, especialmente en días de lluvia. Intentamos simular algo parecido utilizando uno de nuestros teléfonos móviles como espejo aunque el resultado no fue del todo satisfactorio. Si alguna vez vuelvo, me traeré sin duda un espejo.
Queremos comer algo diferente
Nos volvimos a las 19.00 con el último autobús y nos despedimos de un guardia (un poco tsundere) que nos avisó para cogerlo.
Al llegar a Taichung nos apetecía comer algo diferente ya que estábamos hartos de la comida taiwanesa. Acabamos pidiendo para llevar en un restaurante mexicano y, ¡qué delicia!. Nos supo a gloria probar de nuevo la comida occidental.
Voy a guardar con muchísimo cariño los recuerdos del templo de cristal.
Si quieres organizar un viaje a esta ciudad te recomiendo leer esta guía de viaje de Lukang.
Al día siguiente visitaría el lugar más espectacular de Taiwán:
Taiwán día 6: el lago de Sol y Luna