Taiwán día 1: llegada a Taipéi

Salón Conmemorativo de Chiang Kai-shek en Taipéi

¿Por qué decidí visitar Taiwán? En realidad, este país nunca me había atraído especialmente. Solo había un par de lugares que quería visitar como el Salón Conmemorativo de Chiang Kai-shek (Taipéi), la pagoda del Dragón y Tigre y el Museo del Buda (ambos en Kaohsiung). Sin embargo, a mi novio sí que le llamaba la atención porque conocía a muchos otros japoneses que habían ido y quería conocerlo (especialmente la comida). Así que, por petición suya, nos embarcamos en un viaje de dos semanas a la isla Formosa. Aquí te contaré cómo fue mi llegada a Taipéi.

Vuelo a Taiwán

14 de marzo de 2023

Nuestro vuelo partió del Aeropuerto de Narita en Japón a las 22:00, una hora que consideramos un tanto tardía, pero para nuestra sorpresa, estaba repleto de pasajeros, la mayoría de ellos taiwaneses. Llegamos al Aeropuerto Internacional de Taoyuan a la 1:30, después de un vuelo de cuatro horas. A pesar de la hora, pasamos un poco de tiempo en el control de inmigración, pero una vez que lo superamos, nos dirigimos directamente hacia la zona de taxis.

La primera impresión que nos dio el país es que era muy parecido a Japón, cosa que nos decepcionó un poco. Los edificios, la carretera, las calles… si no hubiera sido porque el volante estaba en el lado izquierdo, hubiéramos pensado que seguíamos en Japón.

No recuerdo exactamente cuánto costó el traslado, ya que mi pareja se encargó del pago.

Nuevo dólar taiwanés

Hotel y cena

Nuestro hotel se encontraba en el distrito de Sanchong, en Nuevo Taipéi. Hicimos la reserva el día anterior, por lo que nuestras opciones eran un tanto limitadas.

Al bajar del taxi, emocionados por explorar la vida taiwanesa, fuimos recibidos por un fuerte olor a tofu apestoso que casi nos hace vomitar. Lamentablemente, nuestra primera impresión de Taiwán resultó ser bastante desagradable.

La habitación del hotel no era nada del otro mundo. La limpieza dejaba mucho que desear, pero no podíamos pedir más.

Dado que ya era muy tarde, decidimos visitar una tienda de conveniencia (tapándonos la nariz al pasar frente al puesto de tofu). En mi caso, opté por un delicioso curry verde tailandés y un Kinder Bueno. En ese momento, nos sorprendió que un hombre entrara en la tienda con sus perros, lo cual nos recordó que estábamos en el extranjero.

Disfrutamos de nuestra cena y esperamos con entusiasmo el día siguiente.

Green curry tailandés y Kinder Bueno

Mañana de descanso

15 de marzo de 2023

No pude conciliar el sueño durante toda la noche. Experimenté insomnio y permanecí despierta durante horas. Tal vez los nervios del viaje me jugaron una mala pasada.

El hotel tenía desayuno así que bajamos a desayunar a última hora. No había platos occidentales sino comidas como fideos y arroz. Además, las únicas bebidas disponibles eran café negro o té. Debo admitir que me costó un poco adaptarme a los desayunos de este lugar.

Pasamos la mañana descansando y viendo la televisión para recuperarnos un poco del agotador viaje. También intentamos adquirir una tarjeta SIM para mi teléfono, ya que no pudimos hacerlo en el aeropuerto debido a la hora a la que llegamos.

Comienza la aventura por Taipéi

A las 13:00 nos preparamos para explorar Taipéi de manera relajada. No teníamos un plan específico en mente, solo dirigirnos a la Montaña del Elefante para disfrutar del atardecer, ya que se pronosticaban lluvias para los días siguientes.

Iniciamos con un breve paseo por el Parque Metropolitano de Nuevo Taipéi donde nuestra impresión del país mejoró notablemente.

Parque Metropolitano de Nuevo Taipéi

En la estación de metro adquirimos una Easy Card, que tiene la misma funcionalidad que la Suica/Pasmo de Japón. Pudimos utilizarla en todos los medios de transporte de todo el país, lo cual resultó muy conveniente.

El metro de Taiwán me sorprendió gratamente. En comparación con las calles, estaba sorprendentemente limpio, y la gente se mostraba muy respetuosa, me sorprendió ver cómo iba lleno y nadie se sentaba en los asientos reservados libres. Además, moverse en el metro en este país resultó muy sencillo, ya que todo estaba bien señalizado y las líneas se identificaban por colores.

Easy Card

Salón Conmemorativo de Chiang Kai-shek

Estoy segura de que todos, cuando viajamos, tenemos un lugar que ansiamos visitar, y en Taipéi, este era mi lugar.

En la carrera he estudiado a fondo la historia de China. Recordaba muy bien la historia del Kuomintang. Es por ello que tenía muchas ganas de visitar este salón conmemorativo.

La plaza me dejó maravillada. No esperaba que fuera tan amplia. El edificio parecía pequeño desde la distancia, pero a medida que nos acercábamos, se iba volviendo cada vez más imponente. Pasé un buen rato tomando fotografías.

Salón Conmemorativo de Chiang Kai-shek

Después de subir los 89 escalones, que representan los años de vida de Chiang Kai-shek (sí, los conté), llegamos a la entrada desde la cual se podía admirar la estatua de este destacado personaje desde el exterior.

Tuvimos la suerte de llegar justo a tiempo para presenciar el cambio de guardia. Este espectáculo duró quince minutos, un proceso lento pero sumamente interesante de presenciar.

Tras darle una vuelta a todo el edificio, decidimos que iba siendo hora de comer.

Cambio de guardia

Primera comida taiwanesa

Hicimos una búsqueda rápida en guías japonesas y recomendaban este lugar. Estábamos ansiosos por probar la comida taiwanesa, y afortunadamente, ninguno de los dos somos quisquillosos en cuanto a la comida.

Aquí descubrimos cómo funciona la forma de pedir en los restaurantes de Taiwán. Te dan la carta, una hoja donde están apuntados todos los platos y un lápiz. Cuando hayas elegido lo que deseas, escribes tu pedido en la hoja y se la entregas al personal del restaurante. Luego, solo tienes que esperar a que te sirvan.

hoja para escribir el pedido

A pesar de no estar segura de qué pedir, me guie por las traducciones y las fotografías en el menú y elegí un Ròu zào qián miàn (肉燥乾麵), que consistía en carne de cerdo molida con fideos secos. El sabor me recordó a comidas chinas que había probado en el pasado, aunque no fue exactamente de mi agrado. Afortunadamente, resultó económico, ya que costó 35 TWD.

carne de cerdo molida con fideos secos

Atardecer en la Montaña del Elefante

Con la barriga llena pusimos rumbo a la Montaña del Elefante. Nuestro objetivo era llegar a la cima para presenciar el atardecer, una experiencia que recomiendo encarecidamente si visitas Taipéi.

Había leído que la subida a la montaña era una actividad sencilla y breve, lleno de escaleras y todo señalizado. Sin embargo, estaba completamente equivocada. Para alguien como yo, que no disfruta subiendo escaleras, la caminata resultó bastante desafiante. Me llevó 40 minutos llegar a un mirador adecuado. A pesar de ello, cada escalón valió la pena.

Desde los miradores disfrutamos de unas vistas impresionantes de la ciudad y de la Torre Taipéi 101. Llegamos al mirador a las 17:45, y a los treinta minutos, la luz del día comenzó a desvanecerse, mientras las luces de la ciudad se encendían. Pasamos aproximadamente una hora allí. Este lugar se convirtió en uno de mis favoritos en Taipéi.

Vistas desde la Montaña del Elefante a la Torre Taipéi 101

Hora de cenar

Estábamos agotados por la falta de sueño y el ejercicio así que volvimos al hotel y comimos por los alrededores. Frente al hotel teníamos una tiendecita en la que fuimos a lo seguro. Yo me pedí un Baozi (包子), un bollo relleno de carne y verduras hecho al vapor, y Jiaozi (餃子), unas empanadillas típicas chinas. No puedo recordar el precio exacto, pero fue bastante económico.

Jiaozi, empanadillas chinas

Mis primeras impresiones

Reconozco que no empecé con buen pie con este país. Sin embargo, después de explorar la ciudad y probar la comida local, estaba segura de dos cosas: Taiwán me iba a gustar, pero la comida no.

Sigue leyendo ya que mi aventura solo acaba de comenzar:
Taiwán día 2: Tamsui y sus fuertes

Artículos recomendados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *