Durante nuestro último día en Tailandia nos relajaríamos en sus playas y pasearíamos por sus centros comerciales. Aquí te cuento mi viaje a Patong.
Paseando por la playa de Patong
12 de noviembre de 2022
Nos levantamos sin prisa, mi plan era subir hasta el Gran Buda de Phuket, pero las previsiones no eran buenas. El tiempo decía que iba a llover a lo largo del día, así que decidimos aplazarlo para el día siguiente. Por lo que no teníamos planeado nada para este día salvo descansar.
La mañana la dedicamos a unos asuntos personales que nos llevó a salir fuera. Al igual que nos pasó con Khao San Road de Bangkok, al pasar por la famosa calle de Patong parecía otra de día. Cuando terminamos nuestros asuntos, nos compramos unos helados y nos fuimos a la playa.
Me sorprendió ver a gente hacer parasailing, no por la actividad en sí, sino porque los instructores no llevaban ningún tipo de seguridad, iban simplemente agarrados. Miré los precios para ver si me animaba, pero era bastante trampa para turistas.
El mejor restaurante de Patong
A la hora de la comida fuimos buscando algún restaurante barato. En nuestro camino, comenzó a llover aunque hacía poco estaba soleado. Fue una lluvia torrencial que duró menos de diez minutos. Cuando paró, nos metimos por Patong Beach buscando un sitio que recomendaban mucho por internet. Este restaurante era barato en comparación a otros de la zona y encima servían muy bien. Lo malo es que estaba lleno de gente por lo que nos tocó esperar. Me pedí un Massaman curry ya que el del día anterior me había gustado mucho. Fueron muy generosos con las porciones y estaba muy bueno, aunque un poco menos dulce que el que había comido en el buffet.
Recuerdo que otras mesas se pedían el Khao Pad Saparod (donde el plato es literalmente una piña). Me fui de Tailandia sin probar ese plato, así que será uno de los que me pida seguro cuando vuelva de nuevo.
Centros comerciales y durian
Al terminar, paseamos por uno de sus centros comerciales. A mi pareja le interesa ver cómo son por dentro, pero a mí nada. Creo que todos son iguales en todas las partes del mundo. Lo más interesante fue su supermercado donde encontré un montón de productos que deseo tener en Japón. Ojalá hubiéramos tenido una maleta extra.
En la sección de frutas encontré una de las que había oído hablar muchísimo: el durian, la fruta más apestosa del mundo. Era un poco caro, pero quería probarlo, así que me lo llevé conmigo.
Al salir del centro comercial nos comenzó a llover fuerte por lo que tuvimos que refugiarnos y esperar a que amainara.
No recuerdo bien qué hicimos con la cena este día. Es probable que comprásemos algo y comiésemos en el hotel. Dimos un último paseo por la playa y nos compramos en un 7Eleven un Thai Tea. Demasiado amargo para mi gusto.
Despidiéndonos de Tailandia
13 de noviembre de 2022
Añado también lo que hicimos al día siguiente porque no hicimos nada relevante. Este día me encontraba mal, me había resfriado. Cómo apenas empezaba con los síntomas no le di importancia.
Dormimos hasta tarde, quisimos subir al Buda, pero no encontramos ningún Uber y no queríamos regatear con los tuk tuk. Así que me salí a la terraza con mi durian a desayunar. Olía horriblemente mal, pero no se notaba en nada en el sabor, estaba bueno.
Comimos en el restaurante del día anterior. Esta vez me pedí el último plato que probaría en el país, mi favorito, el Green Curry. Acompañé el plato con fanta de fresa que estaba increíblemente dulce.
Con las maletas encima, nos quedamos en la playa donde me pedí un coco. Me dieron uno enorme de color verde, muy diferente a los pequeños marrones peluditos de España. Tengo que reconocer que no me gustó nada. No estaba dulce, por lo que fue decepcionante.
Al llegar la hora, cogimos un bus que nos llevó al aeropuerto. Temí perder el avión porque tuvimos un retraso de más de media hora por culpa del tráfico. Finalmente al llegar, descubrimos que nuestro vuelo se había retrasado una hora (después de las 2 horas de la ida, ni me extrañó). Llegamos a Bangkok donde esperamos nuestro vuelo de vuelta a Japón. Durante el vuelo me encontraba bastante mal. Temía que al llegar no me dejaran entrar al país por tener fiebre, pero no tuve problemas. Al final no era corona, sino un simple resfriado.
Mi reflexión
Tailandia me ha sorprendido como jamás creí que lo haría. Qué país tan increíble. Una cultura diferente, una gastronomía deliciosa, unos paisajes de ensueño, unos templos preciosos… Cuando me fui solo podía pensar en volver. Hasta la creación de esta entrada, Tailandia es mi país favorito (exceptuando España y Japón que al vivir en ellos juegan en otro nivel). Espero poder regresar pronto.