Este día nos despediríamos de Bangkok para coger un avión y conocer las famosas playas de Tailandia. Además, nos llevaríamos una gran noticia durante el viaje. Aquí te cuento mi viaje a Phuket.
Adiós Bangkok
10 de noviembre de 2022
Nos levantamos relativamente temprano a pesar de que nuestro vuelo no salía hasta las 15:00. Aprovechamos la mañana para poner una lavadora. Nos pasamos el rato esperando en aquella lavandería sin puertas observando a la gente pasar.
Tras volver al hotel, recogimos todo y nos echamos las mochilas a la espalda. Decidimos dar por última vez un paseo por Khao San Road. La calle parecía otra durante la mañana, no tiene nada que ver a la locura nocturna. Descubrimos también que aquí se encuentra el kilómetro cero de Tailandia, justo al entrar en la calle.
Cogimos un bus urbano para llegar hasta una parada del metro. Queríamos conocer cómo era el servicio de tren de la ciudad. Lo primero que más nos llamó la atención fue que el ticket eran fichas. Para entrar debías escanearlas y para salir debías echarlas en una ranura. Muy raro.
Durante el trayecto observamos la ciudad sabiendo que la íbamos a extrañar. En este momento decido batallar un poco más por el móvil de mi pareja, el cual habíamos perdido el primer día.
Buscamos el móvil
Llegamos en torno a las 12:00 al aeropuerto. Lo primero que hicimos fue ir a objetos perdidos y de allí nos mandaron a una comisaría de policía dentro del aeropuerto. Recuerdo que mi pareja me dijo que no me molestara porque él lo daba por perdido. Sin embargo, no me iba a rendir.
Tras hablar con la mujer policía, nos tomaron todos los datos e hicieron varias llamadas. Minutos después nos dijo que era probable que hubieran encontrado nuestro móvil. Acompañamos a la oficial con un guardia y llegamos a objetos perdidos. Allí volvieron a tomarnos datos y, tras mucho esperar, nos mostraron una fotografía del móvil. En ese momento mi pareja y yo nos abrazamos sin poder creerlo. Firmamos algunos documentos y nos devolvieron el móvil.
Esto es algo que me sorprendió muchísimo de Tailandia. En otros sitios se hubieran quedado con él y nunca lo hubieran devuelto. Quisimos agradecérselo al taxista, pero no lo vimos. Si quieres leer la historia completa, puedes hacerlo en esta entrada.
Mi comida favorita
Estábamos eufóricos tras la buena noticia, así que decidimos ir a comer para celebrarlo. Escogimos un restaurante de platos tailandeses. No recuerdo el precio, pero era caro en comparación a lo que podíamos esperar.
Yo decidí pedir un Green Curry y mi pareja un Tom Yum. Los dos platos estaban buenísimos. El Green Curry se volvió al instante en mi comida favorita de Tailandia. El Tom Yum también estaba bueno, pero un poco picante para mi paladar. Disfrutamos muchísimo de la comida.
Problemas con el vuelo
Estábamos teniendo muy buen día que rápidamente se estropeó con la aerolínea. Viajábamos con Thai VietJet y ya había leído en internet que era una de las peores del sudeste asiático, así que, por suerte, estaba preparada.
Dos horas de retraso.
Nos pasamos el tiempo tirados en una silla en una sala llena de gente. Fue horrible porque no teníamos ni idea de lo que iba a pasar porque no nos avisaban de nada. Finalmente, conseguimos subir al avión. Me quedo con las vistas del mar y la costa, un paisaje que nunca antes había visto.
Llegamos a Phuket a las 18:15 más o menos. Compramos un billete de bus para que nos llevara a Phuket y se nos hizo de noche.
Conociendo Patong
Nuestra primera parada fue el hotel donde hicimos un check-in rápido. La habitación y el baño eran enormes. Teníamos una terraza con mesas y sillas justo en primera línea de playa. Lo malo era que todo era viejo y estaba lleno de mosquitos. El hotel en sí no estaba nada mal, tenía dos piscinas y era extremadamente largo.
Tras acomodarnos, fuimos a conocer Patong. El ambiente era parecido a Khao San Road, pero no se me hizo tan amigable. Tal vez porque estaba lleno de anuncios de pros******. Buscamos un sitio para comer, pero los precios eran tres veces más altos que en Bangkok. Los platos nos costaban lo mismo que en cualquier restaurante de Japón. Fue una decepción.
Finalmente acabamos comiendo en un restaurante indio que estaba vacío. Aproveché para probar el Tom Kha Kai (sopa de coco), que aunque estaba bueno, no me terminó de convencer (posiblemente porque el cocinero no era tailandés). Nos trataron bien aquí, tanto mi pareja y yo tenemos amigos indios en Japón por lo que rápidamente conectamos con ellos.
Al terminar, salimos a comprar algunas cosas que usaríamos al día siguiente como protector sola, ropa de playa… fue la primera vez que en nuestra vida que teníamos que regatear. Recuerdo que regateé tanto con una señora que me dio el producto hasta cabreada.
Antes de volver al hotel, decidimos pisar la playa. Os aseguro que jamás en mi vida había visto yo una arena tan blanca y fina. De noche no podía apreciarla, pero sin duda me había sorprendido. Solo había estado en las playas andaluzas del mediterráneo y el atlántico, así que para mí era una novedad.
Cuando decidí tocar el agua, mi cabeza explotó. Aunque eran casi las 23:00, estaba caliente. No podía creérmelo.
Mi viaje a Phuket concluiría con mi pareja y yo viendo la 1, sí la cadena española, en la televisión deseando que llegara el día siguiente.
Al día siguiente conocería un lugar de ensueño:
Tailandia día 4: Islas Phi Phi y Maya Bay