Japón día 1: el Buda más grande de Japón

Siempre he sido fanática de las estatuas gigantes, por lo que más de una vez me he visto los rankings de las más altas del mundo. Cuando descubrí que la cuarta estaba en Japón, decidí que tenía que verla sí o sí. En esta entrada te hablaré de mi viaje a Ushiku.

Viajando a Ushiku

10 de julio de 2019

Ushiku es un pueblo situado en la prefectura de Ibaraki. La estatua de Buda se encuentra a las afueras y como en el pueblo no había mucho para ver, nos subimos directamente a un autobús que nos llevara a nuestro objetivo.

Buda de Ushiku

Cuando nos íbamos acercando veíamos asomar entre los árboles esta colosal estatua. En 1993 se convirtió en la más alta del mundo con 120 metros de altura, título que mantuvo durante 15 años. Nunca antes en mi vida había visto algo semejante por lo que me pasé todo el día con la boca abierta.

Está en mitad del campo lo que la hace resaltar muchísimo más.

El gran Buda de Ushiku

Tras pagar la entrada, entramos al jardín y al estanque al que apenas le presté atención ya que la estatua se la llevaba toda. Nos echamos varias fotos aunque ninguna de ellas le hace justicia.

Primera planta dentro del buda

La estatua tiene un museo de cuatro pisos. La primera planta era oscura con tenues luces verdes y azules. La segunda estaba bastante vacía, dedicada a los sutras. El tercer piso fue más interesante. Estaba lleno de estatuillas de buda donadas por gente de todas partes del mundo. También hay una exposición sobre la construcción de la estatua con un dedo del pie con el que te puedes comparar.

Tercera planta dentro del Buda

Se puede subir hasta el pecho de la estatua a una altura de 85 metros. Aunque las vistas eran impresionantes, el tiempo no acompañaba. En días despejados se puede ver hasta el Skytree de Tokyo o incluso el Monte Fuji, pero no llegamos a ver nada.

La vuelta

Al salir, nos dimos un paseo por los alrededores viendo un estanque con carpas o muchas libélulas.

El problema comenzó cuando, al volver a la parada de autobús, vimos que ya había pasado el último. ¡Y solo eran las 16.00! Viendo que no podíamos hacer nada para remediarlo, decidimos volver andando. Os aseguro que fue toda una experiencia. Nos adentramos en puro campo japonés rodeados de naturaleza mientras el Buda aún podía divisarse a lo lejos.

Campos de alrededor del Buda de Ushiku

Fue una experiencia bastante única que me alegro de haber vivido.

Y así acabó mi viaje a Ushiku.

En la siguiente entrada cogería un avión para visitar un lugar de los que no se olvidan:
Japón día 2: Hiroshima, la ciudad que renació

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